La Junta Electoral Central cierra el paso a las guerras comerciales como táctica para la propaganda electoral. Ha ordenado retirar campañas donde se utilizan los colores y la tipografía de un partido rival para mejor invertir sus mensajes. La resolución afecta a la campaña Popular en Madrid y en Castilla-La Mancha.
La guerra comercial que tanto nos divirtió en los ochenta con las escaramuzas entre Coca Cola y Pepsi Cola arreándose mutuamente con la estética y los mensajes de la otra, no podrá animar esta campaña tan rara, donde Rajoy se pasea por los mitinies como alma en pena buscando un contrincante y los socialistas se confiesan como hijos pródigos buscando votantes.
La Junta Electoral sostiene que puede generar despiste y engaño en el votante contemplar un cartel o recibir un folleto con los colores del Psoe, la cara de Zp, Tomas Gómez o Barreda y el eslogan "5 millones de parados". Confusión no sé, pero extrañeza ante semejante promesa electoral, seguro. Por no hablar de cómo alguien podría incluso concluír que bueno, vale, de acuerdo, el hombre tiene sus defectos pero hay que reconocerle que cumple lo que promete.
Aunque entre todas las confusiones, ninguna tan sugerente como imaginarse a Esperanza Aguirre aspirando a la sucesión de Zapatero en el Psoe. Con lo elegante que lució en la presentación de su bus con cartelería psedusocialista, no lo descarten. A lo mejor tiene más suerte como sucesora en frente que en su propia casa.
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