4/7/11

Cuaderno de bitácora. Fecha estelar 2011.7.4

Cuando pase todo el rebumbio judicial, la pareja de la Guardia Civil abandone la puerta del palacio de Longoria y las bromas despiadadas en twitter sobre Teddy Bautista resulten cansinas o ya no tengan puñetera gracia, el problema seguirá ahí.

El modelo "taxman" de la SGAE ha muerto. Su visión autoritaria de la propiedad intelectual ha derivado en régimen bananero. Cuando no le gusta la realidad o la niega, o la ilegaliza, o se inventa una conspiración exterior. La crítica más demoledora en su contra ha resultado cierta. Con o sin delito, el dinero no iba solo, ni siquiera principalmente para los autores y editores. Y es mucho dinero.

Pero el modelo gratis total tampoco parece sostenible. A los autores hay que pagarles por su trabajo de manera justa. La producción de buena cultura cuesta. Ya lo decían en Fama con clásica sabiduría: "La fama cuesta y aquí es donde vas a pagar". Su esfuezo no puede salirnos gratis a los demás, cómodamente sentados ante nuestro ordenador.

Debe haber un punto de encuentro entre los derechos de los autores a recibir ingresos justos por su trabajo y el derecho de los consumidores a acceder a la cultura a precios no excluyentes. La nueva SGAE tiene tarea por delante.

4 comentarios:

  1. 100% deacuerdo, pero el sector de "los internautas" no anda muy cabal en este tema, cualquier cosa que suene a cobrar parece una imposición fascista. Spotify cobra 4,99 por escuchar toda la música que quieres, pero los hay que se han escandalizado porque quieran cobrar algo...

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  2. Gabriel Martín5.7.11

    No es la primera vez que la SGAE hace algo parecido, y las dos al frente el incombustible teddy, Anton me gustaria saber, si tu sabes algo de como se gestionaban y recaudaban los derechos de autor de hace 200 o 300 años.
    Gracias.

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  3. Anónimo5.7.11

    Mucha gente no entiende lo de pagar, 1 ó 2 €, por una descarga cuando sería lo más lógico. La mayoría de los que a Teddy Bautista se le echaron encima no lo hicieron por la posibilidad de que hubiera delinquido sino porque con él al frente de la SGAE peligraba la gran fiesta que es la red, con el cine y la música sobre todo.
    Es lo que tiene la demagogia, el desconocimiento y también los abusos de la SGAE.

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  4. Son extremos difíciles de conciliar, la cibergente interpreta que el apetito voraz de la SGAE es casi latrocinio, no se comprende que cobrando a la emisora de Radio por reproducir un tema se recobre a un local por escucharlo o que se persiga imponer tasa a toda fiestecilla de extracto humilde y sin ánimo de lucro. Por otra parte cuando se cobra un canon a todo soporte susceptible de descarga que no siempre se da, no es raro entender que ello legitime a hacerlo cuando convenga por aquello de que "quien roba a un ladrón..."
    Pocos pondrían en duda que el autor merece emolumento por su obra, la cuestión es esa ¿qué es lo "justo"?, no sé a quién o qué le corresponde encontrar el complejo equilibrio. Por lo pronto a la SGAE se le impone propósito de enmienda, ardua labor tiene para lavar la imagen y cambiar la percepción generalizada. el Gobierno -lamentablemente como de costumbre- mal y tarde.

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