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Sobre un escenario prefabricado para los artificios multimedia, Rubalcaba se apunto su primer acierto. Se mantuvo fiel al político sobrio y eficaz que es. No se empeñó en aparecer como el candidato vivaracho que no es. Ni leyó un discurso milimetrado, ni declamó un mitin altamente inflamable. Como buen docente, optó por impartir una clase de política, perfectamente estructurada para que el auditorio pudiera llevarse a casa unos apuntes fáciles de estudiar y explicar cuando les pregunten.
Su prioridad no fue suministrar titulares. Su objetivo era proveer con discurso a los suyos. Como buen veterano, sabe que cuando se pretende revivir a una organización política en coma, hay que hablarle a ella y pensando en ella, no en los informativos y las portadas del día siguiente. Se pueden perder elecciones con el partido, pero es imposible ganarlas sin él
Hace una década el PSOE hizo un acto de fe en Zapatero. Ahora es Rubalcaba quien hace un acto de fe en el partido. Dedicó la mayor parte de su lección a repasar y recuperar el temario socialista. Recuperar decir sin complejos "políticas redistributivas" . Recuperar el estado del bienestar como seña de identidad colectiva. Recuperar los servicios públicos, la educación o la sanidad, como parte del país que nos gusta ser, no como problemas que debamos arreglar. Recuperar incluso el impuesto de patrimonio. Si la oferta de Rajoy consiste en retornar a los dorados años del "aznarismo económico", el mensaje de Rubalcaba va a ser que la burbuja se ha ido, para siempre.
Pero el candidato socialista compareció también dispuesto a demostrar su dominio sobre algunos temas favoritos del PP, al que se cuidó de no mencionar una sola vez. Se proclamó austero, defendió el equilibrio presupuestario o que todas las deudas deben pagarse, se dirigió a las familias, los emprendedores, o los padres con hijos pequeños y los hijos con padres mayores.
Se mantuvo didáctico y renunció al cuerpo a cuerpo al hablar de corrupción y reformas políticas. Acaso para empezar a armar un mensaje que desactive la idea más poderosa que la derecha ha sabido poner en circulación. Todos los políticos son iguales, así que "da igual, quédate en casa, no votes".
Rubalcaba ha dado a su partido lo que quería. Como los buenos profesores, les ha transmitido seguridad, orden y un discurso. El problema es que el adversario va sobrado de seguridad y confianza, y ya ha demostrado que no precisa tener discurso para ganar.
La verdad es que escuchándole en directo uno tenía la impresión de estar ante un político de talla que merece ser presidente.
ResponderEliminares una lastima que este hombre no haya estado en el gobierno de zapatero con algun poder en el mismo. nos hubiera solucionado esos problemas que nos quiere solucionar a partir de marzo ganando las generales.
ResponderEliminaryo pido responsabilidad politica a quien le haya escuchado hasta ahora decir esas cosas (si es que las ha dicho) y no le haya hecho caso. ¿pero donde ha estado esta maravilla?
Me gusta Rubalcaba porque es una persona serena, que no se altera, con formas y espero que con fondo, pero una cosa es tener las ideas claras y otra poder llevarlas a la práctica. A veces los políticos no pueden hacer lo que quieren por mucho que lo deseen, pero lo importante es hacerlo con honestidad, comunicando los motivos que le llevaron a actuar de tal o cual manera y todo eso es lo que, personalmente, espero de este señor, ya que en él tenemos puestas nuestras esperanzas mucha gente.
ResponderEliminaryo no confio en él. me parece un lobo vestido de cordero. ?porque el señor rubalcaba no ha impulsado estas medidas durante su estancia como vicepresidente? en este articulo(link de más abajo), buenisimo, está clarito. me parece que los comentarios anteriores son artificiales y forman parte de esta campaña mediatica pro-nuevo PSOE . ciencia ficcion. lee este articulo.
ResponderEliminarbit.ly/qI21Eb