El Dilema Urdangarín

Ni la Casa Real ni el ambicioso Urdangarín tienen salida, al menos fácil. No hay solución buena, ni para el asunto de la fianza, ni para nada relacionado con Nóos


Si deposita la fianza de más de ocho millones de euros malo, porque todos nos preguntaremos de dónde ha sacado semejante cantidad, o si le ha ayudado Zarzuela a reunirla. La comparación con los prodigiosos 22 millones suizos de ese emprendedor llamado Bárcenas resultará tan inevitable como dolorosa.

Si no abona los 8.1 millones de Euros peor, porque la imagen de un embargo o una eventual entrada en prisión del “duque em..palma..do” se proyectaría tan ejemplar como demoledora ante una opinión pública que ya no percibe a la monarquía ni con indulgencia, ni con complicidad.

La estrategia de la Casa Real parece clara. Mientras dure el caso Urdangarín, aguantar y acabar de abrasar a un Rey Juan Carlos a quien la historia se encargará de reponer en su lugar para proteger a la institución y al Príncipe destinado a preservarla. De momento el plan funciona y Felipe de Borbón parece salvarse de la quema monárquica en el día de su 45 cumpleaños.

Pero el tiempo se acaba, las noticias cada vez son peores y la sucesión de respuestas parciales a la crisis, como introducir frases sonoras en los discursos o efectuar borrados selectivos en la Web de Zarzuela, se revelan cada vez menos efectivas.

La gente exige y espera contundencia, transparencia y claridad, no tácticas de márquetin y maniobras de despacho. A grandes males, grandes remedios. Nunca fue tan real verdad.