En el fondo, nunca perdimos del todo la secreta esperanza de que algún día regresará. Por eso, seguimos peparados para cuando la burbuja inmobiliaria vuelva en todo su esplendor.
Solo hay que bajar el IVA para la venta de mar nuevo y rexuperar la desgravación por compra del cielo. Todos volveremos a ser afortunados y gozosos propietarios de algún solar edificable.
Cuando los planes de ordenación urbana vuelvan a ser las tablas de la ley, muchos serán los llamados, pero solo los propietarios serán los elegidos.
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