Que si es confiscatorio, que si castiga el ahorro, que si grava bienes ya gravados, que si solo lo van a pagar los 160.000 españoles que forman la clase media, que si los ricos de verdad no lo van a soportar, que solo es un parche, que lo que hace falta es una verdadera reforma fiscal, que cómo lo aprueba un gobierno al que le quedan dos meses.
Cuánto matiz. Cuánta complejidad. Cuánto detalle. El mismo debate elaborado que pudimos comprobar cuándo se recortaron las ayudas a los parados, se bajó el sueldo a los funcionarios o se ajustó la ayuda al exterior. El mismo razonamiento exhaustivo que se aprecia ahora, cuando se habla de recortar personal o servicios en sanidad, o de no contratar profesores interinos y las horas que trabajan o no los docentes.
Antón Losada
Aplaudo lo del impuesto del Patrimonio. Aplaudiré a rabiar cuando se haga una reforma fiscal de verdad. Y más cuando se persiga el fraude fiscal de verdad. Me molesta y mucho que nos bombardeen continuamente con lo de la necesidad de llevar a cabo las "imprescindibles reformas estructurales" de marras. Pero ... he alucinado cuando he conocido "los detalles" de que cuando el gobierno decidió exonerar a los que tenían que pagar el impuesto de Patrimonio, al mismo tiempo que decidió no recaudar decidió también que se lo pagaba igual a las CC.AA., es decir no recaudar y pagar por lo no recaudado. Cosa nunca vista e impresentable. Ahora se vuelve con el impuesto pero ... se le paga dos veces a las CC.AA. Esto raya lo inconcebible. Lo suficiente para que nunca jamas voto por un partido que haga estas cosas que, entiendo, no puede permitirse.
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