22/2/12

La desamortización laboral. Cuaderno de bitácora. fecha estelar 2012.2.22

El día de su presentación, el gobierno anunció que hacia la reforma laboral para crear empleo. Ahora sostiene que la ejecuta hoy para recoger sus beneficios mañana, cuando se resuelvan de algún modo los verdaderos problemas de nuestra economía. Así pues, en este momento, lo único incontrovertible y objetivo sobre el decretazo de Rajoy es que supone el mayor recorte de derechos laborales de la historia de la democracia española ¿A cambio de qué? A cambio de mucha fe.

El nuevo marco laboral avanza de manera “extraordinariamente agresiva” en la dirección de los “decretazos” de Aznar y Zapatero. Por desgracia, los resultados de tanto empeño están a la vista. Más de cinco millones de parados. Pero la ortodoxia económica jamás permite que la realidad le estropee una buena teoría. Así que la respuesta ante semejante fracaso ha consistido en acelerar el paso.

Con la misma legislación laboral, Euskadi ronda el 10 por ciento de paro, mientras Andalucia o Canarias superan el treinta. Los costes del despido suponen el 1.5 por ciento de los costes laborales totales. No parece que la famosa falta de flexibilidad externa e interna de las empresas tenga mucho que ver con el millón largo de empleos perdidos, por ejemplo, en la construcción. Son solo algunas de las evidencias que acreditan cómo el problema de nuestro mercado laboral reside en la calidad y potencia de la oferta y demanda de trabajo, no en sus mecanismos de ajuste. Se busca trabajo barato y de baja cualificación al que resulta más rentable despedir que conservar. Mientras eso no cambie, en situaciones de bonanza tendremos paro por encima de la media Europea y en recesión, el ajuste se hará con despidos.

¿Responde esta enésima reforma a estos problemas? No ¿Permitirá corregirlos? En absoluto. Peor aún. Multiplica con incentivos las oportunidades para que exista más rotación y más precarización. No se incentiva el ajuste vía despido, directamente se premia. Despedir va a resultar aún más barato que contratar e invertir en el trabajador. La reforma parece ideada para renovar las plantillas con empleados más jóvenes, más baratos y con menos derechos transfiriendo costes ingentes al erario público, que subvencionará los nuevos contratos y el coste de rescindir los antiguos. Con el insufrible paro juvenil como coartada, se abandona a su suerte a los trabajadores de más de cuarenta años, tratados como un coste a amortizar.

Siendo graves los impactos económicos, resultan aún más inquietantes los efectos sociales. En España, las relaciones laborales que han traído la prosperidad de la democracia se han articulado sobre un consenso básico donde la legislación laboral poseía un triple objetivo: asegurar los intereses del empresario, proteger los derechos de trabajador y amortiguar, por vía regulativa, el desequilibrio que existe por definición entre el poder negociador del empresario y el trabajador. La reforma ha dinamitado ese consenso. Supone una verdadera desamortización, tanto del sistema de protección de los derechos del trabajador, como de los mecanismos de negociación colectiva. La diferencia reside en que la desamortización liberal sacó al mercado propiedad improductiva. Esta desamortización laboral expropia y vuelve a convertir en privados bienes que habíamos acordado asegurar como públicos porque así ganábamos todos.

La legislación laboral tiene ahora un fin dominante: blindar los intereses del empresario. El trabajo ya no supone un bien social a proteger porque produce riqueza y asegura la cohesión social. Vuelve a ser un factor de producción a abaratar para mantener los márgenes de beneficio. La evidencia empírica acredita cómo los mecanismos de negociación colectiva operan como una pieza clave para proveer crecimiento y estabilidad en cualquier sistema productivo. Reducen costes de producción, mejoran la eficiencia de los mercados, dotan de estabilidad el funcionamiento del sistema y la libre competencia y permite gobernar a escala la economía, reduciendo los costes de implementar las decisiones y mejorando su eficacia. La última muestra la tenemos en los acuerdos alcanzados entre los agentes sociales, que el gobierno se jacta de haber incluido en su reforma.

Se nos ha repetido hasta la saciedad que la reforma no va a crear empleo, pero pone las condiciones para generarlo cuando la economía lo permita. Ni es necesariamente cierto, ni tiene por qué ser así. La voladura descontrolada de la negociación colectiva reducirá la certidumbre en el funcionamiento de los diferentes sectores productivos y hará más difícil el gobierno de la economía. La ganancia que muchos empresarios perciben a corto, se verá neutralizada por los costes de un mercado laboral fragmentado, judicializado y sin mecanismos de gobierno.

Cuando la economía vuelva a crecer, el nuevo marco laboral puede convertirse en una rémora que lastre el ritmo y la calidad de nuestra recuperación. Porque, dogmatismos aparte, en una sociedad capitalista avanzada, el trabajo es un bien social a regular y proteger, aunque solo sea porque es lo mejor para hacer buenos negocios.

5 comentarios:

  1. Sr. Anton, mi opinión es que nos están abocando a un nuevo marco laboral del tipo estadounidense, donde se favorece sobretodo a las grandes corporaciones. La diferencia es que aquí en California, aunque carezco de casi cualquier derecho, cobro casi tres veces mas. Mi lógica me dice que a mayor flexibilidad, mayor salario y, por el contrario, a mayor estabilidad (como los empleados públicos) menor salario. Sin embargo, con esta nueva reforma laboral, los empresarios y los políticos de turno quieren romper el equilibrio y bajar sueldos por un lado y derechos por el otro, convirtiéndonos en neoesclavos del s. XXI. Le invito a leer mi blog donde hablo de este mismo tema. http://bunquerdeideas.blogspot.com/2012/02/reforma-laboral-frustrante.html

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  2. Magnífico artículo. Ahora solo falta que la gente se lo lea, y actué en consecuencia...
    Por cierto Ismael, yo creo que vamos no hacia el modelo californiano, sino hacia el indio (una democracia consolidada, no lo olvidemos).

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    1. Peris,supongo que a Democracia consolidada te referirás a la americana. De todas maneras la Democracia no siempre es sinónimo de derechos, no hay mas que ver a esta España lobotomizada que ha votado a un presidente que nunca expuso su programa electoral. Es lo que tiene aceptar los dogmas fielmente sin cuestionarse ni tan siquiera si Alemania busca el bien comun. Gracias por la aportación, te invito a visitar mi blog http://bunquerdeideas.blogspot.com/

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  3. Anónimo22.2.12

    Artículo esclarecedor y muy descriptivo de la situación que nos ha creado la política de encargo que está aplicando este gobierno sin complejos que ha votado demasiada gente, creo que más de la que se merecían por la opacidad y ocultación de sus propuestas y por el comportamiento tan desleal y reventador que tiene esta derecha española, que ha heredado de la de principios del siglo XX, el garrotazo a la urna de votación cuando no le salen las cuentas de los votos que se depositan.

    Ahora me gustaría, necesitaría que alguien fuera capaz de elaborar alguna alternativa y alguna propuesta que sirva de verdad para racionalizar y modernizar las relaciones laborales, legalizar el empleo sumergido, el subempleo por la vía de las horas extras, el abuso en los ritmos de trabajos
    y la reducción de derechos laborales.

    Por ejemplo, ¿Tiene derecho a recibir incentivos fiscales y de reducción de coste de seguridad social el.
    empresarion que estafa a sus trabajadores y a la hacienda pública no declarando las horas extras o cogiendo a trabajadores sin legalizar? ¿Cuánto empleo se crearía? ¿Cuánto se recaudaría para el gasto público?

    Otra pregunta:

    Algún economista o experto en inventos laborales "modernos y liberales" ¿ Ha calculado lo que supondrá la DesREGULACION de los salarios y condiciones de trabajo para la competencia entre empresas con costes desiguales?

    Me parece que estos que nos gobiernan están embriagados de tanto poder como han recibido de las urnas y con tanta presión de la gendermería franco alemana
    Un saludo

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  4. Anónimo23.2.12

    Esta reforma solo favorece a las grandes empresas y los pequeños y medianos empresarios como obtienen migajas callan impunemente. Esto demuestra la falta de solidaridad y cultura social y democrática que existe en nuestro país. Este es el partido de los trabajadores, el del despido libre, la precariedad laboral, las decisiones unilaterales en materia laboral y el del fin de los convenios colectivos.
    Efectivamente eso es el progreso que nos dispone el nuevo gobierno. Y las personas que tienen trabajo que pidan disculpas por el esfuerzo que han hecho para conseguirlo. Pero definitivamente los millones de parados que ha traido el fin de la construcción tendran algún día, no ahora, el trabajo que se merecen de acuerdo con su cualificación.
    mientras España se pudre por dentro a nuestro presidente solo le importa la imagen que se da en el exterior. Patético.

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