Galicia al rescate | El Periodico de Catalunya

GALICIA AL RESCATE
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Hace casi cuatro años, el triunfo de Feijóo en Galicia salvó la cabeza de un Mariano Rajoy acosado por el Aznarismo y ese entorno mediático de la derecha que pretende gobernar sin pasar por las urnas. Ha vuelto a suceder. La incontestable victoria Popular supone un refrendo sólido a las políticas de ajuste de Núñez Feijóo, pero también un espaldarazo a la manera de gobernar de Rajoy. Sus paisanos le han concedido en excelentes condiciones el rescate que Ángela Merkel le regatea.

La oposición se empeñó en convertir las elecciones gallegas en un referéndum sobre Rajoy y lo han perdido. El Partido Popular se esforzó en plantear los comicios como una valoración de su candidato y su balance de gestión y ha ganado. Feijóo aparece como el gran triunfador de la noche. En su carrera política, desde hoy, el cielo es el límite.

Mariano Rajoy emerge de estas elecciones con el impulso necesario para cercenar con autoridad cualquiera de los conatos de rebelión interna que comenzaban a intuirse. También acaba de sentar un argumento para continuar gobernando como hasta ahora. El sufrimiento masivo como receta para salir de la crisis ha pasado con nota la prueba de las urnas. El votante conservador lo respalda con firmeza y el votante progresista deja hacer mientras examina excusas para no ir a votar.

Los socialistas salen vapuleados. Cuando en la campaña descubrieron que tenían un candidato y se llamaba Pachi Vázquez, ya era demasiado tarde. Han recogido en las urnas la recompensa por meses de andar a golpes y navajadas entre sí. Estaban tan ocupados con sus cuitas internas, que les faltó tiempo para preocuparse por los problemas de la gente. El socialismo gallego deberá aceptar que su problema nunca han sido los candidatos sino un partido descoyuntado. Pérez Rubalcaba comparece como otro gran damnificado de la noche. Ha llegado el momento que tantos aguardaban para hacer algo más que cuestionar su liderazgo, o minar sus posibilidades de ser candidato en las generales de 2015.

Los nacionalistas han pagado su división a precio de oro. El aparente triunfo de Xosé Manuel Beiras no puede concluir más que en otro ejercicio de melancolía, como aquellos que representaba cuando era Manuel Fraga quien le vapuleaba en los recuentos. Izquierda Unida tiene poco que celebrar tras una convocatoria donde ha sido borrada del escenario por la devoradora personalidad del otrora candidato nacionalista. Han desperdiciado su mejor oportunidad para consolidar su propio espacio en Galicia.

El cuadro clínico más grave lo presenta el nacionalismo gallego. Desenganchado voluntariamente del discurso nacionalista que avanza en Catalunya y Euskadi, su apuesta por la variable ideológica y el llamamiento a parar al PP ha fracasado con estrépito. Puestos a frenar a la derecha, a sus votantes les ha parecido mejor opción el espectacular Beiras que el aburrido y burocrático Francisco Jorquera. El BNG deberá elegir entre una catarsis inmediata o arriesgarse a caminar como un zombi.