El escandalo de los desahucios sigue en la agenda pública. Los medios se llenan de expertos que nos recuerdan que las deudas son sagradas y hay que devolverlas, que no podemos premiar a quien no paga y que la banca va a dejar de dar crédito.
La banca ya no da crédito. Su negocio ahora es tomar prestado dinero público para prestárselo al estado, que se endeuda otra vez para pagarles los intereses.
Los procesos judiciales ofrecen garantías más que suficientes para que su Señoría pueda discriminar al jeta que no quiere pagar del deudor con causa lícita.
Las deudas son sagradas y deben satisfacerse, proclaman. Pero más sagrado aún es no robar, no mentir, no engañar y no aprovecharse de la buena fe de la gente a la hora de firmar un contrato. Una ley del capitalismo que nunca fue tan cierta.
La banca ha encontrado mucho más atractivo jugar con nuestras cabezas que con nuestro dinero. Ay, la deuda, esa realidad intangible pero que tiene una masa descomunal, qué paradoja física.
ResponderEliminar¿A dónde vamos, señor Antón?
http://laleydelaveleta.blogspot.com.es