9/12/12

Que Wert te pille confesado

El ministro Wert se ha convertido en la liebre del gobierno. Cada cosa que dice es una patada a seguir. Más patada que a seguir, es cierto. De ahí que el Partido Popular se distancie en los medios mientras lo queman para dar espectáculo a su contrarevolución social.

El empeño de Wert por denigrar la calidad del sistema educativo que presuntamente dirige resulta chocante. Se supone que un ministro está para todo lo contrario. Para arreglar los problemas y defender el sistema que gestiona. Para poner a parir a la educación ya tenemos a los tertulianos.

Su pasión por inventarse problemas que las evaluaciones educativas internacionales no detectan se antoja algo perversa. Igual que su nostalgia por la llorada calidad de la vieja educación española. Un paraíso que solo existe en la mente del ministro y Esperanza Aguirre y jamás fue cierto. Hasta la democracia, la educación en España siempre habia resultado pobre, mala y doctrinaria. Por eso España era un país pobre, violento y subdesarrollado.

Ahora, tras cercenar en nombre de la crisis los instrumentos que promueven la igualdad y la universalidad de la educación pública, el ministro ha encontrado dinero de sobra para pagar con nuestros impuestos los caprichos, manias y pijotadas de un puñado de padres que utilizan a sus vástagos como escudos en sus retrógradas cruzadas personales.

No hay dinero para becar a los hijos de las familias más apuradas, pero sí para garantizar el derecho de un fanático a educar a su hij@ en la separación de sexos o darle más horas en castellano que en gallego.

La igualdad y saber idiomas siempre han sido cosas que una parte de la derecha no ha visto del todo bien. Traen complicaciones.

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