Ana Mato y la vida secreta de Jesús Sepúlveda

El ex marido o lo que sea de Ana Mato, el omnipresente Jesús Sepúlveda, tiene una vida secreta que nadie conoce. Es un hombre ubicuo y oblicuo de quien nadie sabe nada ni nadie recuerda. Tanto es el olvido que nadie recuerda cuándo se separó o cuánto tardó en liquidar los gananciales

La Ministra no sabe qué hacía su ex marido o lo que sea. Tampoco le preguntaba por sus cuentas, sus coches o sus lluvias de confeti. Amor es no tener que preguntar nunca qué hace ese Jaguar en nuestro garaje.

Para justificar viajes y saraos familiares a cuenta de la trama Gúrtel, la ministra nos dice dos cosas. La primera es que tiene facturas. La segunda es que está separada de su marido. Si tiene facturas, la información sobre su situación personal sobra y no era necesaria.

Si carece de facturas, su vida privada es su defensa. No puede negarse a aclarar las contradicciones de esa defensa alegando que se trata de su vida privada. Quién mezcló lo público con lo privado cuando le convenía fue Ana Mato. Si ahora no le conviene, es su problema, no el nuestro.

El Partido Popular tampoco sabe qué hace Sepúlveda trabajando para el PP. Solo sabe que si lo despide, vulneraría el Estatuto de los Trabajadores. Y ya sabemos todos lo respetuoso que es este gobierno con los derechos de los trabajadores. No sabe lo que hace, pero le paga religiosamente.

Para justificar que el asesor Sepúlveda permanezca a sueldo del partido y que no parezca que se le mantiene en nómina para que se atenga a la versión oficial, el Partido Popular tira de la legislación laboral. Al imputado Bárcenas dicen haberlo echado por transparencia. Al imputado Sepúlveda dicen mantenerle en plantilla por respeto a la ley. Ni siquiera Carlos Floriano con toda su oratoria puede explicar semejante contradicción.