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11-M(entiras) después. Publicado el 11/3/2005 en El Periódico

11-M(entiras después)
Viernes, 11 de marzo de 2005
Por Antón Losada, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Santiago de Compostela (EL PERIODICO, 11/03/05):

Matar a alguien es algo terrible, le quitas todo lo que es y todo lo que puede llegar a ser –sentencia el pistolero William Muny/Eastwood de Sin perdón–. Siglos de filosofía y compasión resumidos en una frase tan pura como contundente contra tantas necedades pronunciadas tras una semana donde lo único claro es que deberíamos ponernos de acuerdo algún día sobre de qué hablamos cuando hablamos de homenaje a las víctimas y unidad frente al terrorismo. Nos guste o no. Por mucho que queramos pasar página, una parte de la élite mediática y política española sigue hurgando en la herida y no va a parar hasta que se le admita que lo único importante era lo que les quitaron a ellos. Por respeto a la verdad y a Chesterton, quien recomendaba ser tolerante pero intransigente, conviene parar un momento y fijar posición para que, un año después, 11 mentiras no devenguen verdades sólo por ser mil veces repetidas.

1. El Gobierno dijo la verdad. Falso. Aznar, Acebes y Zaplana mintieron a los españoles. Los testimonios de los policías ante la comisión prueban cómo el Gobierno retenía y manipulaba las informaciones policiales. Sólo oían y sólo nos contaban aquello que querían oír. Cuando el Gobierno entreabre la pista islamista, la investigación llevaba horas manejándola como principal.

2. Fueron otros los que mintieron. Falso. Hubo medios que, en la tarea encomiable de horadar el muro de manipulación, cometieron errores reconocidos y asumidos. Aún esperamos un mínimo gesto de humanidad y duda de quien estaba de guardia en el Gobierno cuando se produjo la mayor masacre terrorista de nuestra historia. Esperamos las disculpas de medios que publicaron entrevistas con el candidato Rajoy pidiendo el voto en la jornada de reflexión.

3. La autoría intelectual no está clara. Es mentira y doble. Está claramente identificada en el mundo del terrorismo islamista. Ni la Administración de nuestro amigo Bush baraja otra hipótesis. Utilizando la terminología de Acebes: sólo hay una línea de investigación abierta. Las otras están cerradas y lo saben. Por eso mienten dos veces. Cuando hablan de autoría intelectual, quieren decir ETA, sólo que sin decirlo para que nadie pueda desmentirlo.

4. Hay una conexión ETA-islamistas que no se quiere investigar. Falso. Todos y cada uno de sus indicios han sido investigados y desmentidos por los mismos confidentes que cuando alientan la teoría de conspiración copan portadas, pero cuando la desmienten ante el juez van ocultados en páginas interiores.

5. Una gran conspiración universal transmitió por SMS las especulaciones sobre la autoría para que el PP perdiera las elecciones. Es verdad que efectivamente hubo una especulación sobre la autoría… La construida y televisada en directo por un Gobierno que tomaba decisiones con un único cálculo: si es ETA, mayoría absoluta; si son los islamistas, pagaremos la guerra de Irak.

6. El atentando tenía clara finalidad política: que no ganase el PP. Es cierto que el terrorismo siempre tiene una finalidad política, pero siempre la misma: destruir la política. Pero es irresponsable especular sobre los fines de los terroristas y falaz asumir que sabían que el Gobierno iba a mentir, o se iba a provocar tal movilización electoral. Es darles su mejor arma de destrucción masiva: acreditar la lógica de sus actos y su capacidad de asegurar resultados.

7. El PP iba a ganar las elecciones. Es falso y poco democrático. A no ser que se sueñen con un modelo de democracia que otorgue a las encuestas el mismo valor que a las votaciones. Es un modelo de democracia que sale más barato, pero es un negocio ruinoso. Cada pagano tiene siempre su sondeo.

8. El atentado varió el resultado electoral. Falso y poco respetuoso con usted y conmigo. Contrariamente a cuanto piensan algunos en la derecha mediática y política de este país, no sólo ellos tienen principios y valores y votan de acuerdo con ellos. Tampoco son los únicos que han plantado cara a los terroristas. Quien firma esta pieza, tiene sus principios y valores. No tan verdaderos ni tan grandes, pero también vota conforme a ellos. Usted, amigo lector, seguro que también.

9. No se quiere investigar ni conocer la verdad. Es una mentira vieja y repetida. Es la nueva formulación de la vieja ecuación de Aznar: discrepante igual a desleal, desleal igual a cómplice y cómplice igual a criminal. Si no se comparte la versión de Zaplana, es porque no se quiere saber la verdad. Para completar la paradoja, quienes acusan al mundo en general de no querer averiguar su verdad, lo hacen sobre los datos que aporta la investigación policial y judicial cuya credibilidad cuestionan.

10. Se quiere cerrar en falso la comisión con un documento fraudulento. Es falso y es un error del PP empecinarse en convertir un documento criticable por su grado de ingenuidad y voluntarismo en una especie de trampa para elefantes. Por mucho que se esfuercen, ni se explica ni se entiende.

11. Estamos todos contra el PP, es un contubernio universal. Es mentira y sólo con mucha terapia tiene remedio.

Dudo que este país aguante mucho tiempo más con una parte empeñada en viajar en el túnel del tiempo para cambiar la historia, mientras todos hablamos de respeto a las víctimas pero decimos cosas distintas. Pero igual que Rajoy acaba de defraudar a todos quienes sabemos de su capacidad para sacar a la derecha de su atolladero, conviene recordarle a Zapatero que ahora es el presidente del Gobierno y al presidente corresponde el liderazgo, la generosidad y la responsabilidad de arrejuntar al país en cuanto nos une: respeto por los muertos y unidad frente a los asesinos. Cueste lo que cueste.

1 comentario:

  1. Esto fue el precio a pagar por inmescuirse el gobierno de Aznar, al lado de los ricos EE.UU y defender sus intereses petroliferos disfrazado Armas de destruccion maxiva, como en España no nos vastaba con el terrorismo de ETA Aznar lo fue a importar a los Islamistas.

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