10/4/15

La verdad sobre las ayudas a la banca privada española


            Estos días habréis oído, así como de pasada y como si no tuviera importancia, que la UE ha abierto una investigación para aclarar en concepto de qué se le vienen perdonando a la banca privada española casi cincuenta mil millones en impuestos. El Gobierno les llama “activos fiscales”, la banca niega que sean ayudas encubiertas y afirman, sin sonrojarse, que no han recibido un euro en ayudas públicas. Aquí tenéis algunos datos que os pueden ayudar a conocer la verdad sobre la ayudas a la banca.
 
Según datos de la propia patronal bancaria (AEB), en el año 2006. la banca privada española declaró unos beneficios de 11.659 millones de euros, un 41% más que el año anterior. En 2007 se embolsó casi 25.000 millones y durante 2008 más de 16.000 millones. Ese año, sólo el Banco de Santander consignó 9.400 millones de beneficio neto mientras el BBVA anotaba 5800 millones. En 2011, uno de los años más virulentos de la crisis, la banca privada española registró más de ocho mil millones de euros de beneficios. El año siguiente, 2012, supuso el momento más duro para la banca privada, el ejercicio que menos ganaron; apenas 1731,9 millones de euros tras la abrupta entrada en pérdidas del Banco Popular y verse  obligados todos los demás a consignar más de cincuenta mil millones para sanear sus créditos inmobiliarios. En 2014, mientras usted iba tirando como puede para tapar los múltiples agujeros de su economía familiar, la gran banca privada española ya había superado el bache y se había apuntado unos beneficios por encima de los 9000 millones de euros y sus previsiones mejoran con respecto a 2015.
Sin embargo, tanto éxito no ha impedido a la banca española prescindir de más de 60.000 empleos desde 2008 hasta situar la media de empleados por oficina (6,4) en la mitad  de la media de la zona euro (12,4. Datos BCE). Tampoco ha ahorrado a los contribuyentes sufragar más de 61.000 millones en ayudas directas a la banca española desde 2009, aunque algunas fuentes (blogs.publico.es/juanTorres 26/11/2013) elevan el montante total a más de 250.000 millones de euros si se suman los avales (110.000 millones), los esquemas de protección de activos (28.000 millones), la compra de activos (72.000 millones) o las ayudas a la liquidez (5.000 millones). En estas cantidades no se incluyen ni el coste de oportunidad de las ventas a los cinco grandes y a precios de saldo de las entidades previamente saneadas con dinero público, ni otras ayudas más o menos encubiertas como el tratamiento de los llamados "activos fiscales diferidos", ahorros en impuestos que se les permitía obtener en el futuro por haber tenido pérdidas o efectuado provisiones en el pasado.
Los acuerdos de Basilea III impiden que tales activos formen parte del capital salvo si pueden ser usados de manera inmediata y sin restricciones. Para salvar los más de cuarenta mil millones de euros en activos fiscales de la banca española el gobierno ha convertido al Estado en garante de esos activos y ha eliminado el límite de 18 años para efectuar la compensación de pérdidas o benéficos y el pago de impuestos. Los  antiguos activos fiscales diferidos se han convertido así, de facto, en créditos contra la Hacienda Pública, hábiles para ser computados como activos en el capital de la banca privada.
También durante estos años de ayudas públicas y despidos masivos, según los datos de Hacienda y la propia AEB, la banca española ha tributado en el impuesto de sociedades a un tipo real medio del 15%, la mitad del tipo nominal del impuesto (30%). En 2011, el año en que comenzaron los recortes más duros para inversión social en sanidad o educación, o se privó a los funcionarios de su paga extra de navidad, la banca española pagó al fisco apenas 1.661 millones de euros sobre más de diez mil millones de beneficios brutos.
Para justificar semejantes cifras de negocio, beneficio y fiscalidad, sorprendentes y difíciles de explicar ante un país castigado por el paro, sometido al esfuerzo de financiar seis puntos del PIB en subvenciones a una banca que apenas paga impuestos y con la economía paralizada por la falta de crédito provocada desde el propio sector financiero, la banca suele argumentar que su éxito proviene de fuera de España. Reside en su internacionalización y el creciente volumen de negocio que manejan en el exterior. Es cierto, aunque no es ni de lejos toda la verdad. Casi la tercera parte de sus beneficios provienen de filiales e inversiones fuera de las fronteras del Estado español.
Pero también resulta cierto que más de la tercera parte de esos beneficios (36% en 2013) provienen de nuestros impuestos, concretamente de la partida presupuestaria destinada al pago de los intereses de la deuda pública española, sin duda el negocio del siglo para los señores de la banca privada española. El truco se llama carry trade” en la jerga de los economistas. El Banco Central Europea suministra dinero barato a la banca para que fluya el crédito y nuestra banca lo emplea en financiar la compra de deuda pública a tipos que triplican o cuadriplican el interés mínimo que han de abonar al BCE.
 
Mantener el margen de beneficio, aliviar aún más su ya liviana fiscalidad, abaratar los costes salariales y acudir en su ayuda con dinero público cuándo y cuántas veces hiciera falta. Esos han sido los curiosos y peculiares sacrificios exigidos por nuestros gobiernos a la banca para cumplir ese “gran objetivo nacional” de salir juntos de la crisis mediante un gran esfuerzo colectivo. Así se resumen sus aportaciones “solidarias” durante estos años de penuria.


Texto extraído de "Los ricos vamos ganando". A Losada. Deusto. 2015.
 

2 comentarios:

  1. Anónimo13.4.15

    Gracias Antón Losada.
    La Banca made in spain compraba dinero al Banco Central al 1% de interés y se lo prestaba al Estado al 3% y a los particulares al 6, 7, 8 o como en los casos de Citibank, Cetelen etc, los tipos de interés por un crédito se sitúan muy por encima del 8 e incluso del 10%. Si a esto le añadimos que los bancos te cobran por "entrar a la oficina", el negocio bancario patriótico está servido. Pienso en la necesidad de una Banca Pública de Crédito Electoral de la que se financiaran los partidos políticos en su concurrencia a las elecciones. Única financiación bancaria posible por Ley. Los partidos serían deudores del Estado y no de intereses especulativos. La Unión Europea debería facilitar la coexistencia de Banca Pública y Banca Privada en perfecto equilibrio entre lo público y lo privado en materia de sectores estratégicos; Banca pública hipotecaria, para las inversiones públicas, pra la sanidad, energías. etc.
    Y la privada en el ámbito de lo privado; (Por ejemplo) Crédios a la exportación de las empresas privadas, etc etc.....
    Equilibrio frente a la codicia de los consejos de Administración y del conjunto de accionistas sin escrúpulos.
    Saludos y mucho ánimo

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