Parecía el momento después de
tanto hablar de honrara las víctimas. Odón Elorza, que algo sabe de victimarios,
pedía en el Congreso que se retirasen los restos de dictador de
su pirámide. No es el momento, fue la respuesta. Parece que hay
víctimas para quien nunca llega el momento oportuno para la
reparación.
Lo primero fue proclamar que a la gente eso ya no le importaba y siempre se saca a Franco cuando no hay nada mejor de qué hablar. Seguramente los familiares de los más de 33.000 republicanos enterrados en el Valle de los Caídos no pensarán igual. Todavía no he visto a alguien decir que prefiere no moverlos. Sin embargo, allí siguen. Un fenómeno inexplicable cuando tantos queremos que se retiren y tan pocos defienden que permanezcan. Alguien no dice la verdad.
Lo segundo fue
denunciar que se buscaba distraer de los problemas internos
de los socialistas. Puede ser. Pero eso no afecta a la cuestión sustancial
¿Es o no es justo y debido que los restos del dictador sean retirados del
Valle de los Caídos? La razón, la justicia y la Ley de Memoria Histórica
caen del lado de quienes pensamos que hace mucho tiempo que debería
haberse hecho. También se ha alegado que los socialistas
habían tenido dos legislaturas de gobiernos Zapatero para haberlo hecho.
Sin duda. Zapatero pasará a la historia, entre otras cosas, como el presidente
que pudiendo renunció a convertir el horror a la victoria en el
monumento a la reconciliación. Pero nunca es tarde para
rectificar.
Ver a la etarra Inés del Río
salir sonriendo de la cárcel debe ser insoportable para las familias
de sus víctimas. También debe serlo para las familias de los
enterrados en el Valle de los Caídos contemplar como la tumba de su verdugo
continúa honrada sobre los restos de los suyos.
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