1/11/13

Motivos para un timo: la verdadera razón para la reforma de las pensiones.

Ya hemos acreditado en este blog como ni los argumentos que suelen manejar los piratas de lo público (ver post) , ni tampoco las previsiones oportunamente retocadas (ver post) que alegan, justifican una segunda reforma de las pensiones como la aprobada por el Parlamento el jueves 31 de octubre. Tampoco justificaban la reforma impulsada por Zapatero en 2011. El sistema ciertamente necesita reformas. Pero no éstas. 

Nuestro gasto en pensiones no se ha disparado, ni se va a disparar. En 2050 gastaremos lo que ahora gastan los países de nuestro entorno europeo. El déficit de la Seguridad Social es consecuencia de la duplicación del paro en menos de cuatro años. Las previsiones que sustentan la reforma exageran de manera intencionada el peor escenario demográfico y desprecian el aumento de la productividad o la opción de que nuestro sistema de pensiones deje de estar sostenido mayoritariamente a través de las menguantes rentas del trabajo para incorporar a las boyantes rentas del capital.

La pregunta parece obvia  ¿Por qué entonces esta urgencia en la reforma? ¿Por qué está tenacidad para aprobar otras reforma cuando la anterior apenas ha entrado en vigor? Para salvar el sistema, alega el gobierno mientras gasta sin cortarse la Hucha de las pensiones: veinte mil millones en menos de dos años. Para privatizar acusan otros que votaron a favor de una reforma de 2011 que iba en la misma dirección. Veamos qué dicen los datos oficiales verificables.


El gráfico 11 (Losada 2013) expone con meridiana claridad la situación que afrontan el mercado privado de las pensiones. A pesar de todas las dudas sembradas durante décadas sobre la sostenibilidad de nuestras pensiones y los miles de millones reglados en incentivos fiscales (más de 15.000 millones en la última década), el mercado privado de las pensiones no arranca. Ni siquiera durante los años dorados de la burbuja fue capaz de hacerlo. 



El gasto privado en pensiones en España se sitúa unas décimas por encima de países con sistemas similares al nuestro y en el caso de Alemania equivale a gastar el doble. Es el magro fruto de años de empujarnos a golpes hacia los planes privados y del hecho de que nuestro gasto público en pensiones se sitúa por debajo del que presentan esos estados. 

Sin embargo, andamos muy lejos del gasto privado de países como USA o Inglaterra, casi tres puntos por debajo. Países que paradójicamente presentan unos niveles de gasto público muy similares al español. La conclusión resulta obvia. Para que el mercado de pensiones privado avance, para que el sistema financiero pueda captar el ahorro que ahora destinamos al sistema público de pensiones, el sistema público debe ser apartado, debilitado y, si llega el caso, demolido. 

Seguramente por eso, la mayoría de los expertos que participan o han participado en las sucesivas reformas presentan sólidos lazos y fructíferas relaciones con entidades aseguradoras y financieras. Por ejemplo, el famoso comité de expertos que ha diseñado la última reforma estaba dominado por el famoso "Grupo de reflexión sobre pensiones", patrocinado por UNESPA, la patronal de los seguros.

Solo acercarnos a las magnitudes de gasto privado de los países con un gasto público en pensiones similar al nuestro, USA o Inglaterra por ejemplo, supone un negocio de más de veinticinco mil millones de Euros. Recursos que nuestro sistema financiero necesita urgentemente para mantener rodando la bola del negocio. A partir de ahí, el cielo es el límite. No lo olvide, cuando usted dice pensión, ellos dicen negocio. 



Nota: los datos se han extraído de la obra Piratas de lo público. Antón Losada. Deusto. Publicación: 14 de noviembre de 2013


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