Repartir billetes en un mitin y luego decir que eran para pagar una nevera, son cosas de Baltar. Son cosas del candidato a la alcaldía de Badalona. Son cosas de Esperanza. Son cosas de Camps. Son cosas de Aznar.... El PP es una excepción continua, un anecdotario andante que casualmente se presenta a unas elecciones. Da igual. Se sienten en misión divina y los sondeos parecen haberle conferido a Rajoy el don de la infalibilidad. Sale a la carretera como el Papa va de visita pastoral. Nada le afecta y nunca se equivoca. Habla poco y dice lo justo. Y de cuanto no habla, ya nos encargamos todos que parezca como que diría aquello que a cada uno le gustaría que dijese.
Los socialistas presentan todos los síntomas de las giras de las macrobandas de rock en sus peores momentos. Pinchazos en grandes auditorios, irregular sonido, efectos visuales rutinarios, saturación de imágenes de los "buenos viejos tiempos" y los viejos temas machacados una y otra vez. Y a la mañana siguiente esas resacas monstruosas y casi imposibles de gestionar.... Esas giras suelen ser un buen negocio para asegurar la subsistencia, pero también suelen terminar peor de lo que ya empezaron.
Mientras, la audiencia de mañana se instala en las calles reclamando un sonido alternativo que acabe con tanto sampleado de la vieja cantinela de siempre. Es tiempo de nuevos artistas, de nuevos talentos. Que suenen las guitarras.
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