Ejemplos aún más notorios del círculo corsario al abordaje de la sanidad pública pueden hallarse en una de las administraciones de referencia para el nuevo equipo del Ministerio de Sanidad, el departamento de sanidad de la Comunidad de Madrid, la “lideresa” indiscutible en el proceso privatizador de la sanidad pública. Tanto es así que los dos últimos exconsejeros de Sanidad madrileños, Manuel Lamela y Juan José Güemes, trabajan ahora en la sanidad privada. De hecho, el juzgado de Instrucción número 4 de Madrid investiga la privatización de la gestión hospitalaria que implementaron ambos consejeros desde el Gobierno regional, tras la llegada de Esperanza Aguirre a la presidencia en 2003. “Yo siempre he hablado de una sanidad sin apellidos. Lo he considerado siempre como una suma de lo privado y de lo público” (Manuel Lamela. cadenaser.com. 2/4/2013). El sucesor de ambos y actual consejero, Javier Fernández Lasquetty, antiguo secretario general de la Fundación FAES, aún va más allá en su fe al sostener que la sanidad privada crea más satisfacción entre los profesionales y que "lo que le importa a la gente es que se le atienda bien y les da igual el sistema de gestión. Lo importante es que la atención y la calidad sean buena y si además logramos que esto tenga un coste presupuestario menor, mucho mejor" (libertaddigital.com. 28/11/12).
Como bien puede apreciarse, difuminar la diferencia entre público y privado en la provisión de sanidad para neutralizar la cuestión y reducir una elección ideológica a un dilema puramente técnico, conforma un elemento reiterativo en el discurso que avala su asalto a la sanidad pública.
Manuel Lamela es un burócrata corsario de manual. Abogado del estado, ocupó puestos en la administración tributaria y en el Ministerio de Agricultura durante los gobiernos Aznar. Luego fue consejero de Sanidad en la CAM hasta 2007. Creó en 2010 la sociedad mercantil Madrid Medical Destination, S. L., dedicada a promocionar Madrid como destino del turismo sanitario. Entre sus clientes más destacados figuran algunos de los aspirantes a concursar en las privatizaciones madrileñas: Capio Sanidad, MD Anderson o Clínica La Luz. Tanto la Comunidad de Madrid como el Ayuntamiento le facilitaron créditos y subvenciones para desarrollar con más facilidad su proyecto. También ocupa un puesto en el consejo de administración de Assignia Infraestructuras, empresa concesionaria de la gestión del Hospital del Tajo.
Su sucesor en la consejería de Sanidad, Juan José Güemes, también es un ejemplo perfecto de burócrata corsario. Tras trabajar como analista del Banco de España, hizo carrera política como asesor en el equipo de Rodrigo Rato en los gobiernos Aznar, llegando a ser nombrado secretario de Estado de Turismo. Difusor del slogan "El dinero sigue al paciente", su paso por la Consejería de Sanidad significó una aceleración del proceso de privatización de la gestión hospitalaria en Madrid y un endurecimiento de la agresividad ideológica del argumentario privatizador. "Con el sueldo de los liberados, más de 1.000, se podría construir un hospital de 450 camas" (elpais.com. 19/3/2010) declaró ante las protestas de los trabajadores de la sanidad pública en 2009. Durante su mandato se inauguraron seis hospitales, todos con gestión privada, y se externalizaron las pruebas clínicas de más de un millón de madrileños a favor de una UTE liderada por Capio Salud al tiempo que cerraban tres laboratorios públicos.
El primer auditorio donde Güemes explicó su Plan de Infraestructuras Sanitarias 2007-2011 lo conformaban 150 empresarios del sector sanitario y de la construcción que habían pagado 1.200 euros por asistir a una jornada en el Ritz. El subtítulo de las jornadas constituía toda una declaración de intenciones: Aproveche las oportunidades de negocio para su empresa (elpais.com 19/3/2010). Apenas dos años después de ser nombrado consejero, cumplida con creces su misión privatizadora, dimite para pasar inmediatamente a la IE Business School como presidente del Centro Internacional de Gestión Emprendedora e integrarse en el consejo de administración de la empresa Unilabs, parte de Capio Sanidad, un puesto que se vio forzado a abandonar al hacerse público que Unilabs había sido comprada por BR Salud, la empresa a la que, siendo consejero de Sanidad, adjudicó la gestión de los análisis clínicos de seis hospitales y 250 centros de salud en virtud de un contrato millonario a diez años.
El primer auditorio donde Güemes explicó su Plan de Infraestructuras Sanitarias 2007-2011 lo conformaban 150 empresarios del sector sanitario y de la construcción que habían pagado 1.200 euros por asistir a una jornada en el Ritz. El subtítulo de las jornadas constituía toda una declaración de intenciones: Aproveche las oportunidades de negocio para su empresa (elpais.com 19/3/2010). Apenas dos años después de ser nombrado consejero, cumplida con creces su misión privatizadora, dimite para pasar inmediatamente a la IE Business School como presidente del Centro Internacional de Gestión Emprendedora e integrarse en el consejo de administración de la empresa Unilabs, parte de Capio Sanidad, un puesto que se vio forzado a abandonar al hacerse público que Unilabs había sido comprada por BR Salud, la empresa a la que, siendo consejero de Sanidad, adjudicó la gestión de los análisis clínicos de seis hospitales y 250 centros de salud en virtud de un contrato millonario a diez años.
En un segundo nivel, pero con un papel absolutamente clave, se sitúa Antonio Brugueño. Médico formado en el sistema púbico, es el sempiterno director general de Hospitales de la CAM. Fue director asistencial de la aseguradora Adeslas (1990-2001) y uno de los padres del polémico “modelo Alzira” en el hospital La Ribera de Alzira (Valencia). Ha trabajado para Ribera Salud y para Capio Sanidad.
Fragmento de Piratas de lo público. Losada A. Deusto. 2013
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